Su sueño se veía interrumpido por momentos de vigilia, escasos, ausentes. Aquellos sueños rememoraban su juventud, sus amores, sus años felices en su tierra antes de venir a Madrid. Vivía en ellos, en sus recuerdos. Su vida era su sueño, y su sueño, su torturante situación. Postrada en una cama, sin recordar apenas su nombre o el de quienes la rodeaban. Balbuceaba en vez de hablar. Se arrastraba en vez de andar. Pero en sus sueños estaba en Extremadura, con sus padres y sus hermanos, reviviendo cada uno de aquellos momentos. Su sueño era su vida. Su vida, una pesadilla.
Ha despertado para no soñar jamás, llevándose consigo sus penas y sus alegrías.
Ha despertado para no soñar jamás, llevándose consigo sus penas y sus alegrías.
This entry was posted
on 26/7/07
at 06:51
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.